viernes, 22 de febrero de 2013

LA HUIDA DE ENEAS


El tema que nos ocupa en este nuevo post trata sobre el héroe troyano Eneas. Primero conoceremos un poco el comienzo de su historia y después abordaremos la interpretación que de ello ha hecho el programa de televisión española Mitos y Leyendas. Finalmente, una vez conocidas ambas interpretaciones, estableceremos las semejanzas y diferencias que hemos visto en la adaptación televisiva; además incluiremos, al final, aquellos pasajes importantes que no se nos hayan contado en el episodio, principalmente el de la verdadera historia de Eneas y de su amante Dido. También incorporaremos un breve comentario de una obra escultórica que representa un pasaje de sus avatares después de la destrucción de Troya por los griegos.

 Eneas es un héroe troyano, hijo de Afrodita, la diosa de la belleza, y del mortal príncipe Anquises. Descendiente del mismo Zeus, Eneas, se crió entre rebaños, más tarde fue enviado a la ciudad, con sus tíos, para que fuera instruido. La importancia de su historia comienza con la guerra de Troya. Una vez desarrollada casi la totalidad de la guerra, los griegos urden un plan, que consiste en la introducción de una estatua gigante de un caballo, en la que podrán esconderse los soldados, para poder así, atacar a los troyanos por sorpresa. Los griegos consiguen su objetivo y proceden a la destrucción total de la ciudad;  debe destacarse, en este punto, la imprecisión en el episodio cuando se menciona la muerte del rey de Esparta en la lucha. Pues, Menelao salió con vida de Troya, como queda recogido en la Odisea.

De entre los pocos troyanos que sobreviven, aparece el que ha sido calificado como “el más valeroso de los troyanos (después de Héctor)”, Eneas, que pretendiendo salvar lo que de su pueblo queda, es varias veces receptor de la providencia de diversos dioses (en una relación de reciprocidad; unos obedecen y otros ayudan). Un ejemplo de esta providencia se materializa cuando, en esta guerra, Eneas es ayudado por Zeus, Apolo, Posidón e incluso por su madre Afrodita, la cual queda inusitadamente herida. Afrodita le dice a su hijo que ha de huir de la ciudad para perseguir su fausto destino. Eneas decide marchar con su anciano padre, su hijo Ascanio y su primera esposa Creúsa, además de llevarse consigo los dioses Penates y el Paladio. 

Cabe destacar que en esta versión televisiva ni Creusa ni Ascanio aparecen, hecho que imposibilita la intervención fundamental de Ascanio en el enamoramiento de la reina de Cartago. En la versión original la diosa Afrodita envía a su hijo Cupido, que se metamorfosea en el hijo de Eneas, clavándole una flecha en el corazón de Dido. Por otro lado cabe remarcar que la relación entre Creusa y Ascanio no acaba de ser bidireccional, sino que más bien es Creusa la que queda totalmente prendada de Ascanio y éste, aunque de forma más fría, la corresponde y se deja querer por ella. De este modo, los días pasan hasta que llega el momento en el que Eneas debe dejarlo todo para continuar el camino de búsqueda de su destino, tal y conforme le ha marcado su madre Afrodita. Eneas, así, decide marchar, con lo que Creusa queda muy apesadumbrada. Finalmente, Creusa no puede soportar la marcha de su amado, y además se da cuenta de que había contravenido el juramento que había realizado de permanecer soltera, y además con una relación procaz, por lo que decide suicidarse.   



Ahora procederemos al comentario de la obra escul-tórica de Gian Lorenzo Bernini (1598-1680). Si como arquitecto Bernini fue una figura clave del Barroco, como escultor se puede considerar como máximo representante en toda Europa. Bernini en su primería artística creó algunas obras de temática mitológica y bíblica, como Apolo y Dafne, El rapto de Proserpina, la que ahora nos ocupa y David. El autor napolitano gozó de gran influencia, tanto dentro como fuera de Italia. La figura es un grupo escultórico de pleno volumen que representa el momento, narrado por Virgilio en su Eneida, en el que Eneas decide escapar de la ciudad asediada y toma en sus hombros a su padre Anquises, que lleva los dioses Penates, y a su hijo por la mano. El material utilizado es el mármol blanco, trabajado mediante la técnica de la talla. Este material, que presenta unas superficies con entrantes y salientes, resalta por la perfecta transmisión del movimiento y el naturalismo y corporeidad de los personajes. Este grupo escultórico, a diferencia de la gran cantidad de obras del mismo autor, no se inserta en un marco arquitectónico claro, sino que es una pieza exenta, y por ello ofrecerá múltiples puntos de vista. Las tres figuras, pero especialmente la de Eneas y su padre, se pueden clasificar como un esquema compositivo helicoidal (aunque ligeramente forzado) y cerrada (o centrípeta), ya que los motivos tienden a confluir en el eje vertical.  Esta figura pertenece al Barroco europeo del siglo XVII.


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